También nos llamó la atención, porque en ésta sala, hasta cierto punto,
se destaca la capacidad de negociación de los representantes mexicanos para
buscar soluciones al conflicto, que era el “Derecho internacional”.
Ésa exposición destaca principalmente la figura del presidente Benito Juárez como símbolo de la
defensa de la soberanía nacional ante intereses “extranjeros”.
También explica las resistencias presentadas por los republicanos en
sus diferentes fases, las condiciones que imperaba la supervivencia del 2°
Imperio y que fueron determinantes en el triunfo de la República.
Se concluye con la presentación de los principios que se generaron en
este proceso (que ahora se considera de “formación nacional”), en el que
muestra determinantemente las agresiones. También se hace hincapié en la lucha
liberal conservadora que existió en el
país por años.
Llamó nuestra atención los principios plasmados en la Constitución de
1917, como la no intervención, autodeterminación de los pueblos y la solución
pacífica en casos semejantes, que es base de la política exterior de México.
Hay muchas cosas tangibles (físicas) en el museo que llaman la
atención, como el “arte” Francés, que es totalmente diferente a lo que nosotros
conocemos o vemos en nuestra vida cotidiana. Hay un arco de un jardín afuera del museo el cual, plasma la lucha
entre liberales y conservadores, es muy estético.
Hay muchos objetos antiguos de extremo lujo, por ejemplo muebles que
tienen las corrientes europeas de aquél entonces, que en nuestro país no se
conocían, así como mapas. Además, la letra de todo lo que ahí está escrito nos
encantó, la forma en la que escribían
sobre todo un soneto que no tiene autor así como la carta que escribió Víctor
Hugo al Pueblo Mexicano en 1862, con motivo de su triunfo en la batalla del
cinco de mayo.
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