viernes, 26 de abril de 2013


 También nos llamó la atención, porque en ésta sala, hasta cierto punto, se destaca la capacidad de negociación de los representantes mexicanos para buscar soluciones al conflicto, que era el “Derecho internacional”.
Ésa exposición destaca principalmente la figura del presidente Benito Juárez como símbolo de la defensa de la soberanía nacional ante intereses “extranjeros”.
También explica las resistencias presentadas por los republicanos en sus diferentes fases, las condiciones que imperaba la supervivencia del 2° Imperio y que fueron determinantes en el triunfo de la República.
Se concluye con la presentación de los principios que se generaron en este proceso (que ahora se considera de “formación nacional”), en el que muestra determinantemente las agresiones. También se hace hincapié en la lucha liberal  conservadora que existió en el país por años.
Llamó nuestra atención los principios plasmados en la Constitución de 1917, como la no intervención, autodeterminación de los pueblos y la solución pacífica en casos semejantes, que es base de la política exterior de México.
Hay muchas cosas tangibles (físicas) en el museo que llaman la atención, como el “arte” Francés, que es totalmente diferente a lo que nosotros conocemos o vemos en nuestra vida cotidiana. Hay un arco de un jardín  afuera del museo el cual, plasma la lucha entre liberales y conservadores, es muy estético.
Hay muchos objetos antiguos de extremo lujo, por ejemplo muebles que tienen las corrientes europeas de aquél entonces, que en nuestro país no se conocían, así como mapas. Además, la letra de todo lo que ahí está escrito nos encantó, la forma  en la que escribían sobre todo un soneto que no tiene autor así como la carta que escribió Víctor Hugo al Pueblo Mexicano en 1862, con motivo de su triunfo en la batalla del cinco de mayo. 

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