viernes, 26 de abril de 2013


Nos ilustró muchísimo el paseo. Hacer de hechos pasados, algo menos aburrido, es una “actividad” académica, que queda más allá de un simple apunte en nuestro cuaderno porque de doce a una de la tarde hacen un recorrido por el museo en compañía de un personaje de la historia  que nos deja  con ganas de volver.
Después de visitar el museo uno puede sentarse en los jardines del mismo convento o fuera en el parque para  apreciar el conjunto arquitectónico por afuera así como cañones españoles.
A continuación, les mostramos el soneto, el cual, se encuentra en una de las paredes del convento. Lo compartimos porque consideramos que fue escrito con  una gran sensibilidad y amor.
SONETO
Cuando en mis manos, Rey eterno, os mire
Y  la candida victima levanto,
De mi atrevida  indignidad me espanto,
Y la bondad de vuestro amor ¡admiro!
Tal vez el alma con temor retiro,
Tal vez la doy al amoroso llanto,
Y avergonzado de ofenderos tanto,
Mis culpas lloro, y con dolor suspiro.
Vuelve a mi esos tus ojos soberanos,
Pues por las sendas del amor, siniestras.
Me precipitan pensamientos vanos.
No sean tales las miserias nuestras,
Que á quien os tiene en sus indignas manos
Vos le dejéis de las divinas vuestras.


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