Además, era un sitio donde se
rezaba el rosario a determinadas horas del día y de la noche. En los muros
cubiertos en mosaicos de Talavera, están grabadas las estaciones del vía
crucis.
La entrada
al coro de la iglesia permitía a
los frailes compartir con la comunidad aledaña los oficios religiosos, a través
de un portón que se dispuso para ello.
Un sitio donde los frailes
dieguinos realizaban ceremonias religiosas era la capilla
doméstica, en la que existía un altar y algunos nichos y donde
debieron estar algunas imágenes de santos y de vírgenes, además de una completa
decoración de pintura mural.
Por último, las celdas
eran pequeños cubículos donde los frailes dormían y tenían objetos personales,
como camastro, libros, ropa y una mesa para leer y trabajar. Un hoyo adosado al
muro, les garantizaba una iluminación adecuada para la revisión de textos.
A lo largo de 10 salas, se encuentra una explicación clara de los
procesos históricos y de las intervenciones armadas en México, que ocurrieron
de mediados del siglo XVIII a las primeras décadas del siglo pasado.
Las salas se dividen en:
Introducción, Independencia, Intervención española, de 1829, Intervención
francesa o guerra de los pasteles, de 1838 a 1839; Intervención norteamericana,
de 1846 a 1848; Intervención francesa, de 1862 a 1867; República restaurada;
Porfiriato; Revolución e intervención norteamericana, de 1914 a 1916.
Los hechos y acontecimientos se
ilustran con gráficos, pinturas, litografías, grabados, fotografías, mapas
documentos, armas de fuego –cañones, fusiles, pistolas, balas, sables, espadas,
marrazos y machetes- y textiles –banderas, guiones y uniformes-.
Además, con indumentarias
–condecoraciones, medallas e insignias-, esculturas y objetos varios -joyería,
cerámica y muebles-, que en combinación con algunas reproducciones recrean
museográficamente los hechos históricos.
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